
The Honduras affair and numerous events in Venezuela have raised a couple of questions: How far can governments be allowed to infringe their constitutions and violate the rights of their citizens? and How far can government leaders go, regardless of how popularly elected they are, before the international community raises the alarm? ( full information)/ El caso de Honduras y otros acontecimientos en Venezuela han puesto sobre el tapete dos preguntas: ¿Cuál es el límite permitido para que gobiernos transgredan sus constituciones y violen los derechos de sus ciudadanos? y ¿Hasta dónde pueden llegar los gobernantes, por muy electos popularmente que sean, antes de que la comunidad internacional prenda sus alertas?( información completa)
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